lunes, 8 de noviembre de 2021

carlos germán belli / el pesapalabras


    Al comienzo de todo, en los alrededores de la cuna, la balanza de la farmacia; después, andando el tiempo, la oculta balanza de la mente. Recordaba la primera como algo lejano, mientras que la otra fue siempre una cosa virtual en el culto a la métrica y la escritura libre, y aun en la premeditada disolución de la palabra. En verdad, no tenía una clara consciencia de la balanza de la salud, ni de la balanza de las letras, hasta que un día llegó la buena nueva del pèse-nerfs, concebido para hacer patente lo indecible y desencadenar la liberación del espíritu humano. Pero la intención mía (infructuosa, claro está) era únicamente querer medir y unir el sonido y el sentido del verso. Además, el diccionario me había revelado la existencia de unos humildes instrumentos de medición, casi por nadie conocidos, como el pesalicores, el pesaleches o el pesacartas. Finalmente, al parecer, la balanza de la mente poseía también los dones de la salud, como la balanza de la farmacia paterna, pues de algún modo el sopesar las pertinaces voces ayudaba a aligerar la pesadez de las ideas fijas. En el fondo, el invisible instrumento mental resultaba una serie de pesapalabras, ya que escribir es como tomar peso a todo sonido, todo sentido.

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Carlos Germán Belli (Lima, 1927) Morar en la superficie. Lima: FCE, 2016.